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El hecho de copiar en el campo de las ciencias, las artes y la poesía, sigue tangible y claro; porque es una influencia material pura que se puede observar con claridad y precisión.
El hecho de copiar en el campo de las ciencias, las artes y la poesía, sigue tangible y claro; porque es una influencia material pura que se puede observar con claridad y precisión. Y respecto a la influencia social y humana (la educación y los tratamientos); se observa con menos claridad. Y cada vez que la escena temporal es más amplia, la evolución social será más clara. Además, las cuestiones sociales normalmente están relacionadas con la cultura, la filosofía y la religión, las cuales siguen representando el campo de batalla entre el Islam y Occidente hasta ahora. Por lo tanto, en este estudio, evitaremos mencionar muchas comparaciones; ya que hemos encontrado que en realidad mucho de lo que el Islam afirmó, no fue alcanzado por la civilización europea hasta ahora; y eso a causa de la constante discrepancia en el punto de vista, los pensamientos y las filosofías. Así que en este estudio, investigaremos la influencia de la civilización islámica [en la europea].
Así que lógicamente se puede atribuir cualquier desarrollo en la civilización occidental contemporánea a la época de la civilización islámica, quedando lejos de la civilización romana. Jolivet Castaoi dijo en su libro llamado [La ley de la historia]: “Europa debe la buena vida que disfrutó en aquellas épocas a los pensamientos árabes; ya que pasó cuatro siglos bajo la cultura árabe sin rival, y sus científicos fueron quienes portaron su bandera flameante”[1].
En la segunda sección, hemos presentado ejemplos de estas contribuciones que fueron agregadas por la civilización islámica respecto a los derechos, libertades, educación y tratos, mientras que aquí presentaremos la influencia de estas contribuciones a la civilización occidental.
En el año 890 d.C., cuando Alfonso X ”el Sabio” quiso un profesor para su hijo y príncipe heredero, convocó a dos musulmanes de Córdoba para educarlo; ya que no encontró entre los cristianos a quien era cualificado para esta misión[2].
Y cuando los musulmanes conquistaron Al-Ándalus, algunos prefirieron emigrar a Francia para no vivir bajo el mandato islámico. Y al respecto, Thomas Arnold[3] contó sobre el tratamiento que recibieron los cristianos, quienes aceptaron vivir bajo el mandato islámico en comparación con el tratamiento que recibieron los cristianos quienes emigraron, así que mencionó que: “Aquellos que emigraron a las tierras francesas para vivir bajo el mandato de los cristianos, no lograron una condición mejor que sus prójimos en la religión que quedaron en Andalucía (refiere a quienes aceptaron vivir bajo el mandato islámico). Y en el año 812 d.C., Carlomagno intervino para proteger a los exiliados, quienes le siguieron cuando abandonó España, del maltrato de los funcionarios del imperio y de su persecución a ellos. Y tras el paso de tres años, Luis I, llamado el Piadoso vio que era necesario emitir otro decreto para mejorar la condición de aquellos exiliados, quienes pronto –a pesar de eso- volvieron a quejarse nuevamente de los nobles quienes se apoderaron de los terrenos que fueron dedicados a ellos. Y poco tiempo después del intento de eliminar estos maltratos, la queja volvió de nuevo, pero no hubo nuevos decretos ni órdenes reales para mejorar su condición [de nuevo]. Sin embargo, en las épocas posteriores, en la comunidad española que escapó del mandato islámico, encontramos una clase despreciada que fue maltratada tras someterse bajo el poder de sus prójimos cristianos”[4].
Y de lo que confirma que el tratamiento con los musulmanes refinó las tradiciones de los cristianos, está lo que Arnold también contó, o sea que Isidoro -un historiador español- “criticó severamente a los conquistadores musulmanes”, pero “registró el acontecimiento del matrimonio de ‘Abdul ‘Azîz Ibn Mûsa Ibn Nusair con la viuda del rey Rodrigo, sin mencionar ni una palabra repudiando este acto”[5]. Arnold agregó: “Aparte de que muchos cristianos se pusieron nombres árabes, también imitaron a sus vecinos musulmanes en cuanto a establecer algunas prácticas religiosas; así que muchos entre ellos realizaron la circuncisión y siguieron las costumbres de los musulmanes en cuanto a la comida y a la bebida”[6].
Por otro lado, los cruzados que ocuparon Sham en las cruzadas, eran un ejemplo del fanatismo, hasta que William Montgomery Watt[7] se puso extraño diciendo: “Es extraño que los viajeros participantes en las guerras Cruzadas creyeron que su religión era la religión de la paz”[8]. Sin embargo, su condición tras su mezcla con los musulmanes, fue narrada por Will Durant quien dijo: “Los europeos que ocuparon estos dos países (Siria y Palestina en las guerras Cruzadas), adoptaron poco a poco la vestimenta oriental. Y debido a su constante contacto con los musulmanes en esos países, se redujo la enemistad y la repugnancia entre ambos; de modo que los comerciantes musulmanes empezaron a ingresar con plena libertad en los países cristianos[9], vendiéndoles sus mercancías. También, los enfermos cristianos preferían a los médicos musulmanes y judíos que a los médicos cristianos. Por otro lado, los hombres de religión cristianos permitieron a los musulmanes dirigir la práctica religiosa en las mezquitas, y estos últimos enseñaban a sus hijos el Corán en las escuelas islámicas establecidas en las dos ciudades cristianas de Antioquía y Trípoli”[10]. Y eso no fue el resultado de una tolerancia innata original; ya que vimos cómo los cruzados trataron con las diferentes sectas opuestas en España, y con las diferentes religiones ahí hasta después de este tiempo por cinco siglos.
Y en cuanto al tratamiento de Salâh Ad-Dîn Al Aiûbi “Saladino” con los cruzados tras la liberación de Jerusalén; tiene una estimación y reconocimiento especiales por parte de Occidente.
Maxime Rodinson[11] registró lo siguiente: “El enemigo mayor Salâh Ad-Dîn Al Aiûbi provocó una amplia admiración entre los occidentales; ya que ejecutó la guerra con humanismo y caballerosidad a pesar de los pocos que le trataron de tal manera, sobre todo Ricardo I de Inglaterra”[12].
Thomas Arnold dijo: “Se nota que los valores morales de Salâh Ad-Dîn Al Aiûbi y su vida llena de actos de heroicidad, provocaron en su época una magia especial, hasta que un grupo de jinetes cristianos llegó a abandonar su religión cristiana y a su gente por su tanta admiración a él, y se unieron a los musulmanes”[13].
También Will Durant registró el asombro de los historiadores cristianos por la grandiosidad de Salâh Ad-Dîn diciendo: “Salâh Ad-Dîn se adhería a su religión hasta lo máximo, y se permitió a sí mismo practicar la máxima dureza con los jinetes del templo y del hospital, pero normalmente era piadoso con los débiles y misericordioso con los pobrecitos, y era superior a sus enemigos en cuanto al cumplimiento de sus promesas de una forma que hizo a los historiadores cristianos asombrarse de cómo la religión islámica –falsa en su opinión- pudo crear a un hombre que llegó a este grado de grandiosidad”[14].
Tras el paso de trece siglos después del Islam y su lema de “Sois hijos de Âdam [Adán], quien fue creado del polvo. Ningún árabe es superior a una persona que no es árabe, ningún hombre negro es superior a un hombre blanco, y ningún blanco es superior a un negro salvo en cuanto a la Taqua (piedad religiosa)”[15] En los medianos del siglo XIX, Abraham Lincoln liberó a los esclavos en condiciones difíciles y con una dura resistencia por parte de quienes se beneficiaron de la clase esclava hasta el punto que casi estaba por cambiar de decisión, pero finalmente emitió el decreto (de liberar a los esclavos) junto con una observación de que él mismo no creía en la igualdad entre las razas.
Merece la pena mencionar que: la discriminación racial en el tratamiento sigue existiendo hasta ahora en Europa, sobre todo en Francia y Alemania. Le Bon mencionó: “que los árabes se caracterizan por el espíritu de igualdad absoluta según sus sistemas políticos, y que el concepto de la igualdad que fue declarado en Europa -en dichos y hechos- está plenamente firme en las enseñanzas de la Sharî‘ah (Ley Islámica); sin embargo, los musulmanes no conocieron el sistema de las clases sociales, cuya existencia condujo a las revoluciones más violentas en Occidente y las sigue causando”[16].
Tras catorce siglos del lema del Islam sobre el tratamiento debido a los prisioneros: Al-lâh Dice [traducción del significado]: {Luego, si queréis, liberadles o pedid su rescate}[17], y el consejo del Profeta (sal-lal-lâh ‘alaihi wa sal-lam) quien dijo: “Tratad bien a las mujeres”[18]; vino el acuerdo de Ginebra para el tratamiento de los prisioneros en el año 1949 d.C., el cual habla sobre los derechos de los prisioneros, y aún no llegó a alcanzar el nivel de los derechos de los prisioneros en el Islam.
Y lo mismo respecto al acuerdo de Ginebra en cuanto al tratamiento de los civiles durante la guerra que tuvo lugar el 12 de Agosto del año 1949 d.C. tras catorce siglos del Hadîz del Profeta (sal-lal-lâh ‘alaihi wa sal-lam) donde dijo: “Conquistad y no traicionéis, ni exageréis ni mutiléis ni matéis a un recién nacido”[19]. También Abu Bakr (que Al-lâh Esté compalcido con él) dijo: “No desobedezcáis, ni exageréis, ni seáis cobardes, ni destruyáis iglesias, ni cortéis palmeras, ni queméis plantas, ni desalojéis a las bestias que pastorean, ni cortéis un árbol frutal, ni siquiera matéis a un anciano ni a un niño pequeño, y veréis a gente que se encerró a sí misma para tal fin, dejadlos seguir entonces lo que están haciendo [refiere a los curas]”[20].
Y lo mismo respecto al divorcio; ya que tras el llamado islámico a ello hace catorce siglos, las leyes civiles en Europa que permiten el divorcio fueron emitidas (el código civil en Gran Bretaña fue emitido en el año 1969 d.C.).
Además, se puede notar muy claramente el impacto de lo que vino en la Sharî‘ah, y los términos relativos a ello respecto a la propiedad, la herencia y la capacidad jurídica de la mujer, en el anuncio mundial concerniente a acabar con la discriminación contra la mujer; casi son una copia de lo que fue escrito en el Fiqh (Jurisprudencia islámica), y este anuncio fue emitido en el año 1967 d.C.
Y eso fue después de que en Occidente sucedieron incidentes extraños, como el caso de la mujer a que la iglesia no quiso pagar más sus gastos; por lo tanto, la vendió por dos chelines en el año (1790 d.C.). Asimismo, hasta los comienzos del siglo XIX (año 1805 d.C.), el esposo tenía el derecho de vender a su mujer por un precio concretado (de seis centavos). Y cuando un inglés vendió a su esposa en el año 1931 d.C., encontró a un abogado que le defendió con la ley anterior al año 1805 d.C., entonces a raíz de eso, el tribunal le sancionó por diez meses de encarcelamiento.
Aparte de que la mujer no obtuvo el derecho de poseer inmuebles sino a los fines del siglo XIX (año 1882 d.C.), y fue considerada menor de edad en Francia –como el loco y el niño- hasta el año 1938 d.C.[21]
[1]Jolivet Castaoi, La ley de la historia, transmitido de Muhammad Kurd ‘Ali, Al Islam Ua Al Hadârah Al ‘Arabiah (El Islam y la civilización islámica), pág.544.
[2] Muhammad Kurd ‘Ali, Al Islâm Ua Al Hadârah Al ‘Arabiah, pág. 548.
[3] Thomas Arnold: fue un historiador inglés famoso (1864 – 1930), de los grandes orientalistas británicos. Fue decano de la escuela de lenguas orientales en Londres en el año 1904 d.C. De sus obras más famosas: “The Call to Islam (La llamada al Islam)”.
[4] Thomas Arnold, The Call to Islam , pág. 159.
[5]Ibídem, pág. 160.
[6] Ibídem, pág. 160.
[7]William Montgomery Watt: (1909-2006 d.C.) orientalista inglés especializado en los estudios islámicos. Y fue decano del departamento de los estudios árabes en la Universidad de Edimburgo, y autor de varios libros sobre la filosofía islámica, la religión comparada, la historia islámica y la civilización islámica.
[8] William Montgomery Watt, The Influence of Islam on Medieval Europe (La influencia del Islam en la Europa medieval), pág. 102.
[9] Refiere a las zonas de Sham que fueron dominadas por los cruzados, ya que en realidad no eran sus países.
[10] The Story of Civilization 15/34.
[11] Maxime Rodinson: Orientalista francés, de los especialistas más importantes en la historia de las religiosas. Compuso varios libros sobre el Islam y el mundo árabe; tal como: Mahomá, Islam et capitalisme (El Islam y el capitalismo), Marxisme et monde musulman (El marxismo y el mundo musulmán) y La fascinación del Islam.
[12] Maxime Rodinson, La imagen occidental y los estudios occidentales e islámicos, pág. 41.
[13] Thomas Arnold, The Call to Islam, pág. 111.
[14] The Story of Civilization 15/45.
[15] [Ahmad 23536][Shu‘aib Al Arnâ’ût: Sahîh (auténtico)][At-Tabarâni, Al Mu‘yam Al Kabîr (14444)][Al Baihaqi, Shu‘ab Al Îmân (4921)][Al Albâni: Sahîh, en As-Silsilah As-Sahîhah (2700)].
[16]Gustave Le Bon, La civilisation des Arabes (La civilización de los árabes), pág. 391.
[17] [Corán 47:4].
[18] [At-Tabarâni, Al Mu‘yam Al Kabîr (977)][Al Mu‘yam As-Saguîr (409)][Al Haizami: Hasan, Mayma‘ Az-Zauâ’id (10007)].
[19][Abu Dâûd][Al Albâni: Sahîh en Sahîh Abu Dâûd].
[20]Ibn ‘Asâkir, Târîj Dimashq (Historia de Damasco) 2/75.
[21] Véase: Dr. ‘Abdul Uadûd Shalabi, Fi Mahkamat At-Târîj (En el tribunal de la historia), pág. 60 y lo posterior.
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